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Una localización no es suficiente. No he encontrado ningún lugar del mundo, del que hablar en primera persona, que reúna todas las condiciones de “Sitio perfecto para María”. Un lugar reversible, lleno de infinitas respuestas a las necesidades.

Entre Alicante, Madrid y Berlín hago un conjunto de posibles localizaciones para cada una de las acciones a realizar. 

Alicante, esa ciudad que huele a mar. Es imposible esconderse de él, mires donde mires, allí está, al fondo, desdibujando la línea confusa del horizonte. Solía pasar los veranos en la playa de San Juan, inmensamente grande, de agua limpia y quilómetros de arena. Hace tiempo que la califiqué como una playa cómoda, difícil encontrarse solo, siempre rodeada de multitud de personas pero a la vez bonita. También descubrí que si huyo de los meses de julio y agosto, en algún lugar de su larga costa, la playa es mía. Las siestas sobre su arena, son equivalentes a la droga mas adictiva del mundo.

Madrid, mi abuela siempre decía, de Madrid al cielo, pero si tuviese mar… Oh Madrid si tuvieses mar!!! Siempre he saciado mis necesidad en la capital, nunca me ha faltado nada. He reído, he llorado, he salido hasta que me han dolido los pies de tanto bailar y he caminado por sus calles como una madrileña mas. Me siento adoptada por esta ciudad. No me molesta esperar para cruzar Gran vía un sábado a las 18 horas, porque sé que a pocos minutos tengo el valle de los caídos o la sierra de Madrid, con infinitos lugares donde estar sola y perderme. Una ciudad que lo tiene todo. Tiene una velocidad perfecta de vida, una ventana por la que observar a su gente y disfrutar de un bocadillo de calamares. Tiene frío y nieve, pero no puedes acostumbrarte a ello porque enseguida llegan los meses de 40 grados y sol radiante. En esta localización pretendo encontrar los momentos de conexión con la ciudad, con su ritmo, su posibilidad de estar en varias tipologías de lugar en un mismo día. 

Pero si hay algún lugar del mundo que se ha ganado mi simpatía es Berlín. Hice la promesa de visitarla todos los años pares de mi vida. Es un lugar de inspiración. Tan heladora como tierna. La mezcla de culturas de las que carecen las dos localizaciones anteriores, es lo que voy a exprimir. Ocurre todo lo que uno quiera, tu pones los límites de lo que quieres descubrir. Siempre encontrarás un edificio nuevo en ese solar vacío solo un año atrás, firmado por los mejores arquitectos. Una cerveza del tipo que gustes en un bar lleno de sofás mugrientos que no dejan de encantar. Un perro en el metro, una copa de vino en un vagón, un canta autor que mueve masas, una polaroid por un euro. Ciudad de contrastes, de desenfreno y de locura. 

Me quedo con sus dos BB. Bendito Berlín.


#SEThouse 

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