Estimada María:
Como en el cine, encontrar una buena localización para todas las escenas, no es tarea fácil, si no que se aprovechan diferentes lugares. Tanto el emplazamiento, como cada uno de los objetos que acostumbramos a ver en los platós, no están ahí de casualidad, el perro que cruza la calle y parece que le vayan a atropellar, en la vida real, ha llegado como por arte de magia y encima, le atropellan. En la ficción en cambio, un apuesto americano para el coche, con mucho drama todo, le salva, se enamora de la dueña, viven en una bonita casa con jardín y comen perdices toda su vida. Con esto me refiero a que se produce una conexión entre todos los agentes que intervienen. No hay hueco para las casualidades. Directamente no existen.
Cuando Allen Ginsbert decidió hacerse budista, no le bastó con leerse un par de librillos con buena publicidad, si no que se fue a la cumbre del budismo. Aunque no fue suficiente, se desinteresó de cualquier religión, pero no dejó de ser, a su manera, un profeta, un santo de la locura. El lugar no le convirtió en un Dios Buda, pero encontró una forma de hacer mejor su poesía.
Las formas que utilizan esos directores locos del cine, me gustan, que digo, me encantan. He pasado largos domingos llorando por un pobre niño perdido, que ni existía. He sentido pena y alegría por personajes falsos y me he recorrido medio mundo. Aunque nunca sabré a que huelen esos lugares.
Lo mismo ocurre con los libros, o si no ¿Cómo crees que describen los lugares? Aunque no necesiten un rodaje y todas esas chorradas que se suelen usar en Hollywood, han experimentado física o mentalmente cada sitio, escogido para su función.
La nuestra ya ha empezado.
Son las 9.00 am, tienes 2 horas hasta la reunión con un cliente, vives rodeada de ruidos molestos, gritos de niños y cualquier cosa que pase por debajo de tu ventana a esa hora y te haga levantar la vista. Por otro lado tienes la posibilidad de tener ese encuentro tan íntimo entre tu café y tú en cualquier otra parte de la ciudad, un lugar donde si te da la gana puedes comer del fruto del árbol de la sapiencia en el jardín del Edén y no irás al infierno.
Decidiste que no querías una cocina en la que la grasa de los fuegos la provocase el polvo de no usarla, pero sí un sitio donde el escenario se convierta en hogar. Es domingo y esta vez no toca estar en Bogotá dando una conferencia, yo te ofrezco que cambies el mugriento sandwich del bar de la esquina, por un cocido de mamá. Qué casualidad!!! Ahora el escenario lo tienes a pocos metros de CASA y si te da la gana puedes compartirlo con tus followers poniendo una ridícula etiqueta de esas que están de moda.
No te pido que decidas ya cada una de las situaciones, esto se puede hacer sobre la marcha, y sin olvidar que los platós un día están aquí y al otro a un millón de quilómetros.
Se trata que nos basemos en esos locos del cine, que con cuatro palos y dos actores hacen que lloremos a moco tendido, esos escenarios planificados al milímetro y que se encuentran en la mejor localización. Crear una conexión entre tú y el entorno, tan íntima, como pública. Entre tú y los objetos, tan caprichosa como vacía. Tú sola, tú en lo más íntimo o en pleno centro de Madrid, en definitiva, tú como te de la gana.
#SETHOUSE
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